-No hay luces a mi alrededor, solo una penumbra apenas suficiente para permitirme ver adonde me dirijo. Tras andar un rato, siempre debo detenerme, ya que hay un abismo donde solo existe una oscuridad fría que lo rodea todo. Hay poca distancia al otro lado, pero no suficiente como para poder llegar saltando...Entonces, al levantar la vista, ella esta esperandome, nunca falla a su cita...y luego esta esa sonrisa tan peligrosa y dulce con la que me recibe, jamás puedo dejar de pensar en esa sonrisa. Acto seguido saca una cuerda, se ata un extremo a la cintura, y me lanza el otro extremo, el cual me encargo de anudar rapidamente a mi cuerpo. Una vez que compruebo que el nudo es fuerte y la cuerda es segura, le hago una seña y ella se sujeta a una roca cercana, ahi es cuando salto hacia la otra pared del abismo. El golpe contra la pared es violento, pero la cuerda aguanta y ella me sigue sonriendo desde mas arriba, me indica que vaya hacia ella. Comienzo a trepar, y justo cuando estoy apunto de llegar al final, su sonrisa se entristece, como si comprendiese que formabamos partes de mundos distintos, cmo si comprendiese que no pudiesemos estar juntos...Ahora viene la parte que mas terror me provoca, la verdadera pesadilla...Ella comienza a desatarse la cuerda, sin hacer caso de mis llamadas, entonces me mira con sus ojos como cascadas y sus labios pronuncian una triste disculpa...Ella suelta la cuerda, y yo caigo al abismo donde la oscuridad me acoge...-
"A" se tomó unos segundos de descanso para que el corazon no se le escapara del pecho. Poco a poco fue recobrando el control de si mismo y se incorporó sobre el aterciopelado sillón rojo de la consulta.
-¿Y bien?- preguntó al doctor, -¿Qué le parece?-.
-Mmm, parece la tipica pesadilla de una noche de resaca...- dijo el doctor, -¿Ha vuelto usted a beber?-
-¡No!...bueno un poco tal vez. ¡Pero no es una pesadilla normal y corriente! esta última semana ha venido repitiéndose noche tras noche...¡Doctor realmen...!-, "A" fue interrumpido por el tono monótono de su psicólogo, -Debe usted seguir estrictamente el tratamiento que le recetaron-.
-¡Pero...!-, exclamó "A".
-Nada de "peros", "A"...Sinceramente yo no veo motivos para sospechar ninguna enfermedad psicológica sólo por el sueño que me has relatado. Ademas, el electroencefalograma que le hicieron no muestra resultados adversos-.
"A" dirigió al doctor una mirada suplicante, pero este negó con la cabeza, -Vayase a descansar "A", ha tenido usted una semana muy dura desde que abandonó el hospital tras el accidente-.
"A" se levantó furioso. -¿Porque nadie se molesta en tomarme en serio ultimamente?-, pensó. Rapidamente salió de la consulta sin despedirse y se encaminó hacía su coche aparcado en la esquina de la calle.