
Siempre que algo me ronda la cabeza tengo que ducharme a medianoche...si. Giro el grifo y dejo que salga el agua, si es caliente, mejor. Ya hace demasiado frio como para ducharse con agua helada.
Sale el agua, y simplemente me quedo aguardando el impacto del chorro en mi cabeza. El impacto es la señal de salida, y mis pensamientos se van resbalando como el agua que se desliza por mi piel. El agua se lleva todo eso muy adentro del desagüe, y yo...dejo de pensar.
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